SARAMAGO – Ensayo sobre la ceguera

No había leído a Saramago.

Si, ya lo se, es un error no haberlo intentado sabiendo que era un premio Nobel y que todo el mundo habla de él.

Pero no ha sido hasta estos últimos días que, debido a algunas coincidencias, me he decidido a leer un libro suyo. Qué coincidencias han habido, pues la primera y más importante fue la entrevista que en CCN+ le hizo Iñaki Gabilondo a su viuda, Pilar del Río. En esa entrevista (que estoy intentando conseguir para colgarla y compartirla con todos, pero que CNN+ no la ha colgado todavía en la web) descubrí a Saramago a través de la persona que quizás más le conocía. La entrevista de Gabilondo fue como las de antes, dejando hablar y explicar todo lo que quería Pilar del Río. Ella nos enseñó algunas intimidades y la forma de ser del escritor, apasionante. También descubrimos a la viuda, es decir a Pilar, que me pareció muy interesante y con muchas cosas para aportar y compartir con el resto de nosotros, sin duda habrá que seguir también su carrera.

Más coincidencias. De entre los blogs de literatura que voy siguiendo, en muchos de ellos se publicaron opiniones a cerca de algunos libros de Saramago. En alguno de ellos prometí leer en cuanto me fuera posible el libro del que estamos hablando ahora. Pongo un enlace como ejemplo, que pienso es interesante también:librosyliteratura

Por último, ayer pude ver un reportaje en el dominical de El País en el que Pilar Rubio hace un viaje por el Portugal de Saramago, vale la pena leerlo: enlace

Y como ya no puede resistirme a tantas “presiones”  , ayer acabé de leerlo.

Ensayo sobre la Ceguera – José saramago

De repente todo el mundo empieza a estar ciego. El Gobierno actúa con cautela y encierra a los primeros afectados porque parece que la enfermedad, de lo que quiera que se trate, se puede contagiar. El libro explica cómo sobreviven las personas que están enfermas  que de repente han perdido uno de sus sentidos más importantes. Gente que no sabe vivir sin este sentido tiene que aprender de una manera rápida y sin ayuda cómo convivir y cómo soportar esta nueva manera de vivir.

Impresiona leer cómo se describe el comportamiento de la gente: ciegos, infectados, policía, Gobierno, etc. Cómo el miedo, el sentido de la supervivencia, la humanidad, la desesperanza, la violencia, el egoísmo, la hipocresía y sobretodo la soledad interior que sienten en su ceguera, se van manifestando a medida que el libro avanza.

Saramago tiene una manera muy peculiar de escribir, por lo menos en este libro. En un principio, las primeras páginas, es muy difícil seguir el ritmo por que no estamos acostumbrados a él. En poco tiempo, si logramos continuar y confiar en el escritor, estaremos metidos de lleno en un ritmo trepidante que ya no podremos dejar. Me ha sorprendido la manera de puntuar. Por ejemplo, en los diálogos, la separación que hay entre las frases que dicen diferentes personajes son comas y resultaría muy difícil saber quién dice qué si no estuvieran en mayúscula las primeras palabras que dice cada persona. Es algo a lo que te acostumbras pronto y que hace que el diálogo sea real, sin interrupciones(ni tan siquiera visibles para el lector.

Creo que después de leerlo es importante reflexionar sobre cómo somos y lo que tenemos en el fondo de cada uno de nosotros. Qué hay detrás de nuestra fachada, cual es nuestra esencia y cómo puede verse influida según lo que pase en nuestro entorno.

Citas:

[...] Cómo se llama, Los ciegos no necesitan nombre, yo soy esta voz que tengo, lo demás no es importante, Pero ha escrito libros, y esos libros llevan su nombre, [...], Ahora nadie los puede leer, por lo tanto es como si no existieran. [...]

[...] Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos [...]

[...] Por qué nos hemos quedado ciegos, No lo sé, quizá un día lleguemos a saber la razón, Quieres que te diga lo que estoy pensando, Dime, Creo que nonos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven. [...]

No me arrepiento de no haberlo leído antes, cada cosa tiene su momento y sin duda éste era el mío.